Extremidad posterior y delantera procedente de cerdos seleccionados desde su nacimiento y criados en libertad. Estos cerdos al acabar la montanera no han alcanzado su peso óptimo, para lo cual los mantenemos durante 2 o 3 meses más alimentándolos a base de cereales naturales, además de pastos, tubérculos, raíces y bellotas de un inmejorable ecosistema en las mejores dehesas Andaluzas y Extremeñas. Una vez alcanzan el peso ideal ya están fuera de los plazos que exije la normativa del ibérico para el sacrificio, por este motivo no disponen del precinto correspondiente.
Estas piezas, debido a sus características raciales, presentan una caña de forma alargada y estilizada con una grasa dorada y fluida en su parte externa, mientras que en su parte interna muestra un aspecto rosado y fundente que inunda la boca con matices intensos y prolongados.